Estimados WuBookers, entre las innovaciones digitales más prometedoras de los últimos años para quienes trabajan en la industria del turismo se encuentra la inteligencia artificial (a menudo abreviada como IA). Hay muchas aplicaciones posibles y las predicciones de facturación son bastante optimistas: veamos qué es y qué ventajas ofrece.

Qué es la inteligencia artificial

Antes de entrar en los aspectos prácticos del asunto, repasemos los conceptos básicos y hagamos también algunas distinciones. La inteligencia artificial es un campo bastante amplio que incluye varios tipos de IA, entre ellos, por ejemplo, la IA generativa y los modelos de lenguaje extenso (LLM).

En general, la IA consiste en una serie de sistemas que, utilizando técnicas de aprendizaje automático como el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, realizan acciones que normalmente lleva a cabo la inteligencia humana. Gracias a una serie de avanzados algoritmos, la IA es capaz, por ejemplo, de reconocer imágenes, resolver problemas complejos y reproducir el lenguaje natural.

La inteligencia artificial generativa, sin embargo, es un tipo específico de IA capaz de generar contenido original a partir de un conjunto de datos. Puede tratarse de texto, imágenes o sonido.

Por último, el modelo de lenguaje extenso es un modelo entrenado en una enorme base de datos de lenguaje. Un ejemplo famoso de LLM es GPT, desarrollado por OpenAI para producir textos que imitan el lenguaje natural a partir de indicaciones o comandos dados por seres humanos.

Está claro, entonces, que cuando hablamos de IA nos referimos en realidad a una variedad de inteligencias artificiales, empleadas para realizar operaciones de análisis y/o creación de nuevos contenidos. Una variedad que hace que estas soluciones sean extremadamente versátiles y atractivas incluso para la industria hotelera.

5 posibles aplicaciones de la IA en el sector turístico

Según un reciente estudio del Observatorio de Innovación Digital de la Escuela de Administración Polimi, realizado sobre una muestra de 1021 grandes y muy grandes empresas europeas, los Países Bajos, el Reino Unido y Francia son los países donde la inteligencia artificial está más extendida. La media europea de empresas que han invertido en IA y ya tienen un proyecto activo es del 69 %, pero las cifras descienden si se analizan las pymes, en las que se encuentran la mayoría de las empresas turísticas de diferentes zonas, como Italia. Sin embargo, el potencial de estas tecnologías es enorme.

De hecho, el portal de información Digital Agenda recoge datos del informe de McKinsey «The state of Tourism and Hospitality» de 2024 que indican que aquellos que han implementado la IA para la automatización de reservas y la gestión de datos han experimentado un aumento medio de los beneficios del 20 % y una disminución de los costes operativos del 15 %.

Pero esta es solo una de las tareas que también se pueden confiar con éxito a la IA en el sector hotelero. Esto es para lo que puede ser útil:

1 Consejos y experiencia personalizada

Para los viajeros, recibir recomendaciones personalizadas no es un punto a favor menor. Al analizar los comportamientos en línea de los viajeros, los algoritmos de inteligencia artificial pueden sugerir destinos, alojamientos, actividades, lugares de interés, restaurantes y más.

El propio hotel puede aprovechar estas aplicaciones para crear planes personalizados y ofrecer una experiencia única a cada huésped, dentro y fuera del hotel. La información puede utilizarse, por ejemplo, para organizar la habitación de una determinada manera o para proponer paquetes turísticos a medida, o incluso para elaborar menús de degustación individuales adaptados a los gustos del huésped.

2 Predecir la demanda y mantener la oferta actualizada

Los sistemas de gestión de ingresos aprovechan la capacidad de la IA para procesar grandes cantidades de datos para predecir las tendencias del mercado y actualizar la lista de precios del hotel en consecuencia. Se trata de programas avanzados que maximizan los beneficios y reducen los costes operativos, como acabamos de ver, pero, precisamente por ello, deben adoptarse en entornos estructurados.

Para empresas más pequeñas o con poca historia a sus espaldas, un sistema de Yield Management, como el integrado en Zak, el sistema de gestión hotelera de WuBook, puede ser suficiente. Gracias a esta característica en particular, de hecho, el hotelero puede recopilar datos de reservas, formular una previsión de tendencias con respecto a la temporada y establecer manualmente las reglas para cambiar los precios. Al hacerlo, las tarifas se actualizarán dinámicamente de acuerdo con los parámetros establecidos (sin embargo, siempre se pueden cambiar), facilitando el trabajo de planificación y gestión. De hecho, Zak le permite aumentar o disminuir sus tarifas automáticamente, en función de cómo varíe la disponibilidad de sus habitaciones y las reservas que reciba.

3 Chatbots para la gestión de conversaciones en línea

Hablando de carga de trabajo, la adopción de un chatbot en el sitio web del establecimiento, operado por IA, también puede reducir el tiempo de actividad del personal. En este caso, el contestador automático puede entender las peticiones de los usuarios en línea y dirigirlos a la mejor solución, responder a las preguntas más frecuentes y resolver problemas relacionados con malentendidos operativos o lingüísticos.

Este es también un servicio muy apreciado por los clientes, que pueden ponerse en contacto con el bot en cualquier momento, sin tiempo de espera.

Para elegir el chatbot más adecuado, siempre recomendamos que evalúe cuidadosamente sus características y compruebe también que se puede integrar con su sitio web. Los sitios creados a través de Zak, por ejemplo, proporcionan precisamente un área dedicada a la instalación de los chatbots más comunes del mercado.

4 Gestión de las comunicaciones y análisis de opiniones en línea

Gestionar las comunicaciones con los huéspedes puede ser bastante engorroso, especialmente durante la temporada alta y en diferentes idiomas. Para solucionar este problema y facilitar el trabajo del personal del hotel, hemos integrado ChatGPT en el paquete de comunicación de Zak. ¿Qué significa esto? Al crear plantillas de comunicación para enviar a los huéspedes (como, por ejemplo, el texto del correo electrónico de bienvenida o el recordatorio de reserva u otras comunicaciones recurrentes), el hotelero puede pedir ayuda directamente a la IA y obtener información básica con la que trabajar.

¿Por qué no probarlo, por ejemplo, para formular una solicitud de reseña para enviar a los huéspedes que se han alojado en el establecimiento?

Además de crear contenido desde cero, la IA también puede utilizarse para analizar el sentimiento en línea, es decir, para comprender si la opinión sobre el hotel expresada por los usuarios es generalmente positiva, negativa o neutral. El software de análisis de sentimientos escanea la web y proporciona una calificación de la reputación de una marca: información importante para aquellos que desean mejorar sus servicios.

5 Medidas de seguridad y antifraude

La capacidad de la IA para analizar, reconocer y procesar datos también la convierte en la herramienta perfecta para registrar y notificar cualquier defecto o evento inusual.

Esto se aplica a la supervisión de los equipos de las habitaciones que, gracias a los sistemas de domótica basados en IA, pueden controlarse para evitar fallos y anomalías.

Lo mismo ocurre con los sistemas de videovigilancia que, respetando la privacidad de los huéspedes, pueden utilizarse para detectar cualquier comportamiento sospechoso y activar el servicio de seguridad. El reconocimiento facial para el acceso a zonas comunes y habitaciones es otra posible aplicación.

Por último, las transacciones en línea también pueden ser supervisadas por sistemas de seguridad mejorados para limitar el riesgo de fraude durante los pagos.

Estos son algunos ejemplos de cómo la inteligencia artificial puede introducirse con éxito en la industria turística. Sin embargo, al igual que otros recursos digitales, la IA también está sujeta a normas y limitaciones, que, además, son objeto de la reciente legislación europea.

Utilizarla de forma responsable es el primer paso para garantizar la eficiencia y la calidad.